domingo, 5 de septiembre de 2010

2010

Ayer me encontré con una persona que curiosamente no veía desde el 30 de Diciembre del año pasado. No somos grandes amigos, pero nos llevamos bien desde hace muchos años, es la típica persona a la que no evitas por la calle pero tampoco le cuentas mucho, caes en el típico “bien, ¿y tú? A ver si nos vemos” y no vuelves a ver hasta vete a saber cuando ya que es una frase hecha. Un 'colega de cañas' que diría el gran Carmelo (a decir verdad alguna vez que nos hemos encontrado e íbamos aburridos sin rumbo nos las hemos tomado).

El caso es que este tipo me ha saludado y me he acercado -raro en mi- gustosamente a devolverle el saludo. Tras los sonido guturales propios de nosotros los hombres cuando nos vemos, hemos pasado al diálogo cuerdo:

- ¿Cómo estás? ¿Qué tal el verano?
- Bien tío- dijo sabiendo que era la típica pregunta de rigor- ¿y tú? Bueno... en verdad deberíamos preguntarnos que tal el año... porque la última vez que nos vimos fue...
- ¡Cierto!
- El día antes de nochevieja, ¿qué tal el 2010?- me soltó risueño.

Obviamente era otra pregunta a la que yo debía responder también “bien tío, bien”, para después pasar al tema de los estudios/curro y por último abordar el asunto siempre peliagudo de las parejas (“¿seguirá con ella?”, “¿le habrá dejado?”, “¿estará jodido por no encontrar a nadie?”, “a ver si...”). Por último un “nos vemos, ¿pero quedamos de verdad, eh?, que vaya bien!” y si te he visto no me acuerdo, o como mucho unas horas después un “Ey, Manel, ¿sabes a quien he visto esta mañana?”

Sin embargo, la conversación no siguió esos cauces... no sé que me pasó -tal vez me acordé del segundo post de este blog no hace muchos días- y decidí responder a su pregunta con ¿demasiada?sinceridad.

- ¿2010? -resoplé y ya me miró raro- mira no tuve nochevieja, perdí a mi abuela, estuve agobiado todo el año para luego no haber disfrutado ni aprovechado del verano nada, no me dieron ninguna de las becas que pedí, no me acuerdo de la última juerga que me corrí, todos han hecho al menos un viaje menos yo que no he movido los pies de aquí, es el primer verano en ocho años que no he ido a Gandía, un amigo no me habla, no aguanto a mi padre, mi tía está enferma, no tengo curro, el tema amoroso me lo salto mejor... - paré un momento y vi como abría los ojos pasmado- la innombrable* me puteó otra vez, típicos problemas de casa y la family, mi carrera no es para tanto y bueno, otros temas que ya no son nuevos de este año...
- Vaya tela...
Yo me reí. Realmente no le había contado todo eso porque necesitara decirlo y acabara de explotar, se notaba por mi tono irónico y desenfadado. Simplemente me dio por decirlo.
- ¿Sabes qué? Que me ha dejado la novia y estoy echo polvo... además nos habíamos ido a vivir juntos y ahora yo no puedo pagar el alquiler solo y me toca volver a casa...
- Joder, lo siento tío, que putada...
- Nah, no es nada, es sólo que al contarme tú eso me salió sin querer... mejor, así no te miento, que no mola eso de ir diciendo a todos 'bien'.

Esa fue mi conversación. Definitivamente todos deberíamos ser más sinceros. Siempre queremos aparentar ante los demás estar bien, ¿para qué?. Cotillas aparte, ¿no viviríamos más felices pudiendo decir la verdad en todo momento? Qué más da cómo estés, todo es cíclico. No me siento mejor por haberlo dicho (entre otras cosas porque no estaba mal cuando lo dije) pero conseguí que mi 'colega de cañas' se librara de su careta por un momento -aunque muchos se quejen por vicio-. Seguro que me lo agradeció y se sintió menos desdichado. Todos lo somos en algún momento. Ocultar la verdad no hace que desaparezca. En todo caso desaparecen así posibles soluciones.

*La innombrable para cualquier blog que quiera durar en la red.

Si no opináis lo contrario: esto fue un DETALLE.

PD. Ah! y si no que no pregunten "qué tal?", xDD

2 comentarios:

  1. Menos dormir y menos play... importas!!!

    ResponderEliminar
  2. Jajajajja, que bueeeeeeno, la verdad es que si que deberiamos ser más sinceros cuando nos preguntan , ¿qué tal?, lo que pasa es que si me paro a pensarlo, a una persona que no veo en doscientos años y que te llevas ni bien ni mal, sencillamente te llevas, que solo saludas y haces las preguntas de rigor, pues como que contarle todas las cosas chungas que me hayan podido pasar no apetece, entre otras cosas porque puedes pensar, pero para que le voy a decir nada si seguramente se la sude.

    Y a lo mejor caemos en ese error y a la otra persona no se la sude, y como en tu caso, hasta te cuente movidas que le han pasado a esa otra persona.

    Pero bueno, me quedo con lo de tratar de ser más sinceros y que más veces de lo que lo solemos hacer, deberiamos decir más las cosas y desahogarnos aunque nos parezcan paridas porque si nos las guardamos al final tanta parida se convierte en una mierda más grande.

    Y todo esto te lo dice uno al que precisamente le cuesta bastante soltar las cosas,jajajaj. Es un detalle.Dew fenómeno.

    ResponderEliminar