miércoles, 23 de febrero de 2011

'Más allá de la vida' (Clint Eastwood)

Ya retirado de la interpretación y en su momento más prolífico como maestro del celuloide, suena hasta natural que a un hombre que lo ha logrado todo le apetezca plasmar su visión de un tema tan trascendente como el más allá.

El film arroja argumentos científicos, filosóficos y curiosamente, intenta huir de la perspectiva religiosa, pero en ningún momento deja de decantarse por la concepción más clásica del más allá. Esa donde te esperan tus seres queridos con sus vaporosos brazos abiertos.

Aunque plantea todos los argumentos en contra posibles, en realidad no deja opción al debate. Resulta que lo importante no es conocer que nos espera tras la muerte, lo importante es aprovechar la vida estando en paz con uno mismo.

De ahí que las escenas más logradas de la película sean las más amables, como la deliciosa clase de cocina o las tretas de los gemelos para esconder a su madre de asuntos sociales. El cineasta deja para un impactante prólogo y las sesiones del medium los pocos artificios de la película y nos cuenta la búsqueda de respuestas de los tres personajes como mejor sabe hacerlo, es decir, mediante un drama que muy ocasionalmente mira al thriller sobrenatural. No es que Eastwood no se atreva a entrar de lleno en un género que le es extraño. Es que no le hace falta salir de sus maneras artesanales para contar esta historia.

Lo que se echa de menos es más riesgo en el personaje que mejor representa el mensaje final de la película, el del medium encarnado por Matt Damon. Sus aciertos en las videncias aportando datos que solo el espectador conoce en ningún momento abren la puerta a la duda de que este sea un farsante (aunque estos si que sean criticados en una de las escenas más divertidas de toda la cinta). Además, en su intento de resultar sobrio y acorde a las circunstancias, Damon se pasa de serio y se casca una de las interpretaciones más anodinas de su carrera junto con las dos primeras de la famosa banda de Ocean.

En definitiva, el mayor valor que tiene Más Allá de la Vida es el de ser el mejor testimonio de las reflexiones finales de un mito viviente. El discurso de Eastwood sobre el más allá no difiere mucho de la concepción que pueda tener un niño en su cabeza, y te lo puedes creer o no, pero lo que es innegable es que a sus 80 años lo que realmente le interesa al veterano cineasta es encontrar la belleza en la vida más allá de la muerte. Conseguidos sus éxitos puede permitirse licencias artísticas como esta cinta, que estando lejos de la clase y nivel que acostumbra; es una buena película.

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