jueves, 21 de octubre de 2010

Mi deseo no se ha cumplido precisamente...


Y era lo único que me retenía aquí.

Dicen que tropezamos una y otra vez con la misma piedra... no aprendemos.

PD. Que nadie se autoengañe, la gente no cambia nunca por mucho que lo queramos creer porque las mentiras sean más fáciles y cómodas para nosotros (eso es masoquismo mental). Lo difícil es asumir el miedo que implica seguir, dudar, avanzar, dejar atrás... y ser feliz. Huir de las cosas que pueden sacarte de tu engaño con la razón y la lógica es de cobardes. Y nuestros actos siempre influyen en los demás. Espero que os tengáis que equivocar para aprender pero que nunca os arrepintáis tarde de nada.
Luchad por lo que améis y soñéis hasta el final, aún cuando os sintáis derrotados, aún cuando estéis muriendo. Que ni la injusticia, la incomprensión o el rechazo -ni todas juntas- os hagan renegar de lo que queráis o de quien améis. Hay que morir con las botas puestas, gritando más fuerte en los últimos segundos de vida que nunca. No quedarse con los brazos cruzados.

Que os recuerden por como sentisteis las cosas, por lo que hicisteis y por como fuisteis. Sólo callan los que tienen remordimientos de sus actos. No dudéis, que nada os haga vacilar: recordad esa sonrisa que valió la pena o esa anécdota tan buena por la que mereció todo el esfuerzo invertido. El odio sólo trae más odio: perdonad, allá dónde vais el rencor pesa mucho... pero antes de quedaros con lo bueno por última vez: lanzad una última flecha con vuestro nombre y vuestro sueño. Todo hombre es un sueño y no ha de ser olvidado.

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