domingo, 9 de octubre de 2011

Ignorancia

Se podría perseguir el fraude fiscal, situado 10 puntos por encima de la media europea, y por el que perdemos 75.000 millones de euros al año.

Acabar con los sueldazos de cargos nombrados a dedo, cuya muy discutible función podrían desempeñarla funcionarios públicos hoy infrautilizados.

Eliminar los sueldos y pensiones vitalicias y prohibir por ley a los ex presidentes cobrar de la empresa privada a la vez que su pensión vitalicia (Felipe González y José María Aznar no renuncian a su sueldo de 80.000 euros mientras reciben millones de Gas Natural y Endesa)

Endurecer el Código Penal con procedimientos más rápidos y penas más serias para quienes robaran o malversaran del erario público.

Recortar sueldos de cargos políticos. (Artur Mas tijeretea todo menos su sueldo, más alto que el de Zapatero). Los diputados podrían cotizar 35 años para percibir su jubilación y no siete como ahora. Ya puestos, podrían tributar un tercio de su sueldo al IRPF, como hacemos los demás...

Se podrían hacer muchas cosas antes que recortar la enseñanza pública. Pero si mantenemos a la gente ignorante, no protestará. Menos aún si la adoctrinamos en nuestras ideas. La peor enfermedad del ignorante es ignorar que ignora: la propia enfermedad le impide curarse.

Si no defendemos la enseñanza pública nos puede ir aún peor, y nuestro futuro será tan negro como las tinieblas de nuestra ignorancia.

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